El Sombrero, la protección que llegó para quedarse (1/2)
Escrito por lainfanteriard@gmail.com el febrero 28, 2023
Antiguamente las personas se cubrían la cabeza con una especie de tocado que no se puede considerar propiamente como un sombrero.
Por Blanca Infante
La palabra sombrero procede de la alteración de la voz latina umbra que significa sombra, haciendo alusión al uso de este tipo de tocado.
Aparece empleado el término en el siglo XIII en el Poema de Mio Cid, la obra literaria castellana más antigua conservada.
Antiguamente las personas se cubrían la cabeza con una especie de tocado que no se puede considerar propiamente como un sombrero.
Fue así como los antiguos egipcios llevaban sobre la cabeza un casquete de cuero o de tela.
Mientras que el faraón cubría su peluca normalmente con un amplio pañuelo listado, pero en las ceremonias oficiales llevaba una tiara blanca o un gorro rojo.
En Mesopotamia se usaban turbantes o birretes de piel.
Por su parte, los sacerdotes israelitas llevaban un sombrero cónico, alto, de color blanco.
Durante la época minoica las mujeres de Creta adornaban sus cabezas con tocados de formas muy variadas.
Uno de los antecedentes más reconocidos del sombrero fue el gorro frigio, utilizado por los griegos para simbolizar que el portador era un esclavo liberto.
En Grecia también surgieron el píleo y el pétaso este último fue el primer sombrero que tenía ala.
Llegó para quedarse
El sombrero surge como una necesidad para protegerse del sol y la lluvia, principalmente entre el campesinado.
Los primeros sombreros eran fabricados principalmente de fieltro y de lana.
El verdadero sombrero nació en el siglo XIV y adquirió gran popularidad en toda Europa, aunque sus formas variaron de un país a otro.
En la Antigüedad grecolatina, la mujer rara vez se cubría la cabeza.
Sólo los hombres podían hacerlo, incluso dentro de los templos y palacios, costumbre que se mantuvo hasta el siglo XVI.
El sombrero comenzó como una prenda exclusivamente masculina, pero posteriormente fue usado por las mujeres.
Fue en el siglo XVIII, cuando su uso entre las damas hizo de la industria de la sombrerería un gran negocio.
Milán se convirtió en un centro manufacturero muy importante.
Espera la próxima semana la conclusión de este trabajo.